Soy un ser inconforme

Hasta qué punto de la vida se debe considerarse una persona plenamente realizada.

Desde pequeña escuché decir que luego de culminar los estudios universitarios, conseguir un buen empleado y tener una familia, sentirías que estás en el mejor momento, pues desarrollaste los dotes necesarios para tener una existencia armoniosa. Sin embargo, actualmente ya nada es seguro porque, por más metas que cumplas, al final del camino sentimos que aún falta mucho por recorrer. 

La principal lección de vida heredada por nuestros antepasados enseñó que cada individuo debe formarse en un oficio, conseguir un empleo, obtener una vivienda y construir una familia junto con una mascota. En otros casos, los más arriesgados optan por independizarse económicamente creando un negocio propio. No obstante, luego de cumplir con los propósitos principales, surge la duda por la falta de algo. Lo que ocasiona que disminuya la felicidad para crear problemas imaginarios que, posiblemente, las soluciones sean las más sencillas.

Somos una sociedad inconforme con nuestras vidas porque siempre queremos cambiar la vida entorno a lo que viven los demás, y pensamos que crear varias actividades nos garantiza ser sujetos plenamente realizados, cuando la realidad es que nos convertimos en seres integrantes de la sociedad del cansancio, así como lo dedujo el filósofo surcoreano Byung-Chul han, quien explica que la colectividad actual, constantemente, está en movimiento para realizar un sinfín de actividades que  generan cansancio, pues creemos que hay que aprovechar el tiempo y establecer más contenido a nuestras vidas. Cuando la realidad es que tener una cotidianidad tan acelerada, ocasiona que poco a poco perdamos el sentido común y el razonamiento de nuestros actos.

Mi testimonio vale la pena compartirla. A principio de año, me recomendaron el libro: «La sociedad del cansancio», escrito por el filósofo surcoreano. La lectura fue postergada por tantas actividades que yo misma me asigné con la idea de ayudar al crecimiento de mi espacio digital. Finalizando el año, dejé a un lado las excusas para sentarme a leer la obra. Culminada la lectura, mi perspectiva cambió completamente porque entendí que mi situación es similar a la mayoría de las personas que no están satisfechas con los resultados de sus acciones. Es una situación bastante compleja porque cuando sentimos inconformidad, provoca un estado de nostalgia y desánimo.

Son tantas las preocupaciones que causan el querer ser exitoso que poco a poco nos alejamos de lo verdaderamente importante de la vida: la constante búsqueda del ser interior. Cuando estamos tan ocupados, olvidamos el por qué vinimos a este mundo y cuál es nuestro propósito. Por lo que indagar tu voz interior te ayudará a reflexionar las acciones para adquirir el aprendizaje.

La vida es sencilla lo que afecta es la manera como interpretas tus actos. Por eso, cada acción que logras hay que celebrarla como el mayor de los triunfos.

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