Cuando tengas 30 años

cuando tengas 30 años
cuando tengas 30 años

Cuando tengas 30 años reflexionar acerca de la vida se convierte en una rutina que constantemente está en tu mente.

En esta nueva etapa de la vida, la edad se convierte en una obsesión debido a los cambios que hay en tu entorno y que derivan el rumbo de tu futuro. Las responsabilidades y los proyectos a corto plazo se convierten en el motor de vida para quien anhela una vida placentera. 

Por lo que reflexionar cada momento, fácilmente se puede convertir en una obsesión para quien desea tener una vida privilegiada. Muy diferente a la etapa de la niñez y la juventud. 

Antes de ser adulto todo es distinto. Es increíble como desde la infancia se tiene la ilusión de crecer rápido. De tener la libertad de decidir sin tener la presión de los padres detrás de ti. Obsesionarte por los cambios en tu cuerpo. Por querer los senos más grandes y la cintura de avispa. El uso desmedido del maquillaje para acentuar los rasgos de mujer coqueta. Un sin fin de actividades que se convierten en el placer culposo de quien desea tener 30 años. 

Sin dejar a un lado la vestimenta que se convierte en la carta de presentación en sociedad. Existía la necesidad por buscar prendas para realzar las caderas y mostrar las piernas de atleta que jamás llegaron en la adolescencia. 

El proceso de crecimiento y sentirse adulto es el sueño de quien quiere desenvolverse en la vida. Pero cuando se tiene la mayoría de edad, cambia el pensamiento porque quieres que el tiempo se detenga y nadar constantemente en las aguas del recuerdo, para sentir la calidez de la inocencia. 

Hay una constante búsqueda de mirar hacia atrás y revivir momentos que fueron clave en la infancia. 

La etapa de los 30 años es una constante mar de reflexiones en el que te das cuenta que la vida es tan corta que, a veces, se desaprovecha para ahogarse en las aguas de las preocupaciones. 

Pareciera que todo se junta para sentir el caos emocional que todo sujeto padece, y mucho más en la época en la que vivimos. 

La fugacidad y lo acelerado de la cotidianidad ocasiona la obsesión por la búsqueda de la perfección. Por anhelar una vida genial, igual que en las redes sociales. 

Las plataformas digitales se convirtieron en un mundo perfecto en el que ser un adulto es sinónimo de tener una la familia ideal, la casa perfecta llena de lujos y comodidades. 

Actualmente, existe una presión social por ser exitoso en la era de los 30 años. Por lo que ser independiente y tener estabilidad es lo que todos quieren, pero desde la inmediatez y la facilidad.

No existe el compromiso de aprender una habilidad para desenvolverse en el área especialidad, sin pasar por la preparación del estudio. Por lo que desechar el paso de la enseñanza no te garantiza el verdadero éxito. 

El tiempo es el peor enemigo del sujeto que no aprovecha las oportunidades de la vida. Por lo que es primordial vivir las diferentes etapas para el crecimiento y desarrollo pleno de la existencia. 

El tener estudios y planificar tu futuro no garantiza el verdadero éxito en el adulto. No obstante, lo que sí asegura es la preparación y tener las herramientas adecuadas para desenvolverse en cada rama requerida de la vida. Por lo que el aprendizaje jamás debe ser motivo de un tal vez en la vida. Más bien, debería ser un requerimiento primordial para el sujeto actual que vive en la plena ignorancia. 

Cuando tengas 30 años conviértete en el individuo pleno que la sociedad necesita en tiempos donde la vagancia y la mala vida es lo que está de moda. 

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