El asunto de la madurez y la rebeldía

Siempre me han gustado los reality show en los que observamos el día a día de los participantes viviendo en una casa porque es una manera de conocer las costumbres y las culturas de los demás.

A lo largo de los años he visto muchos programas con este tipo de contenido y justamente esta semana, empecé a ver un nuevo show. En uno de los episodios, un integrante cuestiona al otro por tener cuarenta y tantos años de edad y todavía: «actúa como si tuviera veinte años».

A pesar de la nacionalidad o la personalidad de cada persona, todos tenemos algo que nos identifica y es el privilegio de disfrutar las distintas etapas de la vida de acuerdo a nuestros principios y condiciones. Lo que ayuda a desarrollar la capacidad de madurez ante las circunstancias. Aunque, el conflicto de la vida es saber en qué momento actuamos con lucidez, sin dejar a un lado el espíritu alegre de la juventud.

Cada sujeto tiene la opción de vivir la rebeldía en la adolescencia sin ningún compromiso de actuar con madurez. Sin embargo, hay personas que han vivido experiencias muy fuertes desde la temprana edad, lo que conlleva a actuar de acuerdo a sus condiciones. Es decir, no se pueden dar el privilegio de decidir sin tomar en cuenta los contras de sus actos. Sin embargo, en ciertos casos, tal situación ocasiona que el sujeto, al ser un adulto, tenga las ansias de vivir esa libertad que todo joven disfruta en su etapa de adolescencia.

Por otra parte, hay sujetos que tienen las condiciones adecuadas para vivir la fase de la pubertad sin ningún problema. Los estudios, el lidiar con los padres o culminar las tareas cotidianas, son algunas de las acciones que, por lo general, cualquier joven sufre, y cuando las vive, piensa que sus problemas como: lidiar con el novio, con los padres o los amigos, es el fin del mundo. Luego, viene la edad de la madurez y es allí, donde la situación cambia, drásticamente, porque ya no existe el momento para disfrutar esa libertad plena que garantiza la juventud, debido a los compromisos y las responsabilidades que atañen a un adulto.

Cada etapa de la vida tiene un propósito y es disfrutar las vivencias a plenitud. Sin importar las dificultades, todos tenemos el derecho de aprender en cada momento, sin importar la edad que se tenga, pues la clave de la vida está en no perder ese lado jovial y tomar las decisiones adecuadas con la responsabilidad que conlleva el ser un adulto.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio