Ella y él: capítulo 4

Ella y él: capítulo 4

Su pregunta me deja asombrado. Me acerco a ella hasta dejar el mínimo espacio para que no se escape. La miro a los ojos y me detengo en sus labios voluminosos. Le quito el cabello de su rostro sudoroso. Me deja hacerlo. Nos reímos. La cercanía me hizo querer besarla. Le susurro que Margarita no está mal, pero me gusta más ella. Se aleja un poco y sonríe. Su risa contagia mis labios que no paran de moverse. En eso, se acerca a mi oreja para confesarme que no estoy tan mal, pero le gusta más mi amigo. 

— ¿Pensé que tenía chance contigo? —expreso mi desilusión, bajando la mirada. 

— ¡Ajá!, pero ¿Dónde dejas a Margarita? Te aviso que no soy de perder una amistad por un hombre. Así que no creo que tengas chance conmigo. —¿Qué quiso decir con eso?, yo quiero todo con ella. 

Observo que su rostro expresa la seriedad en el asunto. Lo que me dio a entender que debo aclarar el asunto con Margarita antes de que Marcos se gane el chance con ella. —¡Espérame!, ya regreso. —Me alejo para ir en busca de Margarita que sigue bailando con Marcos. 

—Necesito hablarte. —Margarita me mira con extrañeza y afirma su deseo de acompañarme. La llevo de la mano hasta la entrada de la casa, espacio donde no se escucha tanto la música. Estoy enfrente. La miro y le pregunto qué tal la está pasando.

—¡Buenísimo! Tus amigos son chéveres. Pero qué sucede, te siento incómodo. Acaso te molesta que baile con Marcos. —pregunta un tanto curiosa. 

—¡No vale! Para nada. Más bien se ven bien juntos. Si no te gusta Marcos. Tengo otros panas solteros. —explico más relajado.

—¿Y tú estás disponible? —sonríe. 

— Sí, pero… —No sabía cómo explicarle que me gusta su amiga—Bebo un sorbo de whisky. La miro y bebo un sorbo más. —La verdad es que no busco nada serio. Solo estoy disfrutando la noche. —guiño el ojo. 

— Podemos disfrutarla juntos. —masajea mi abdomen, mientras ríe con picardía.

— Claro nena, pero… —balbuceo un poco. Es incómodo cuando rechazas a alguien que está tan guapa. —No quiero ser grosero, pero es que me gusta tu amiga. 

— Pero ella me dice que no quiere tener problemas contigo ¿Son muy amigas?

— ¿Ella?, ¡No vale! La acabo de conocer. Es amiga de mi hermana, ¿Recuerdas a mi hermana? Estaba conmigo en la playa cuando te acercaste. Me quiso acompañar, pero se sintió mal del estómago. Entonces, para no venir sola, la invité a ella. Entonces, ¿No tengo chance contigo?

La ironía de su respuesta hizo por un momento celebrar mi oportunidad de conquistarla, pero al mismo tiempo me hizo sentir como un tonto al buscar la aprobación de Margarita cuando realmente no son tan amigas ¿Acaso está jugando conmigo?, ¿Qué sentido tiene poner la excusa de su amistad cuando apenas se conocen? Bebo el último sorbo de licor del vaso y caigo en cuenta que sí me dijo la verdad cuando confesó que le gusta más Marcos. Golpe bajo para mi ego. Creo que es la primera vez que me rechazan de la manera más tonta. Mientras pienso la situación. Tengo a Margarita en frente de mí esperando una respuesta.