Dos niños de nueve años que se conocen en el campo de concentración de Auschwitz, Alemania nazi. Ambos personajes tienen vidas distintas porque Bruno es el hijo de un alto coronel nazi que vive con su familia a las afueras del campo. Mientras que Shumel es un niño judío prisionero junto con su padre en el campo de Auschwitz. La historia se desarrolla cuando Bruno explora los terrenos cercanos a su casa hasta llegar al centro del campo donde conoce a Shmuel vestido con el uniforme de rayas.

Sin importar el ambiente, los niños inician una amistad que se fortalece al reunirse una hora al día para conversar acerca de sus vidas, satisfacer la necesidad de jugar entre ellos como cualquier niño de su edad.

Al final de la lectura, el editor recalca que este libro va dirigido a los adultos y a los jóvenes. Tal aspecto me pareció acertado por la magnitud del contenido aportado en el libro, puesto que es una historia ficcional que describe las torturas que vivieron los judíos en los campos de concentración, inspirada en la historia de dos niños que no conocen la situación entre los judíos y los nazis.