Ana, ¡No te equivoques en navidad!: capítulo 2

Ana, no te equivoques en navidad

Capítulo 2: Dejar a un lado la vanidad

A la mañana siguiente, Ana se despierta con terrible dolor de cabeza. Observa el espacio de Edgar en su cama, y siente la angustia por la discusión transmitida en las redes sociales. 

Antes de levantarse, enciende el celular que lo dejó apagado desde ayer. Observa que perdió la mitad de sus seguidores. Cierra los ojos y se da toques en la cabeza con el aparato como molestia de la situación. 

Seguidamente, revisa que tiene un mensaje en whatsapp de Edgar. 

“Lo nuestro fue un error. No quiero estar con una mujer vanidosa que valora todo menos el amor que le ofrezco. Gracias por los dos últimos años de relación, pero es momento de que busques tu verdadera felicidad.” 

Ana llora desconsolada. No puede creer que Edgar terminara la relación. En eso, tocan la puerta con rudeza. Se asusta por el sonido y piensa que hoy será un largo día. Se seca las lágrimas y se levanta enseguida. 

Camina por el pasillo hasta llegar a la sala decorada con abundantes objetos de tonos beige. Al abrir, se encuentra con un señor alto y robusto. Su mirada detona la molestia al verla. Es el dueño del apartamento que viene a desalojar, deduce mientras lo invita a pasar. 

―  Me puede dar unos minutos para vestirme. 

―  Está bien. Pero necesito que haga sus maletas y desaloje el apartamento.― con autoridad.  

― Entiendo su disgusto.―suspira nerviosa― Pero podría darme un día más. Tengo muchas cajas y ropa que embalar. ―explica mientras mueve las manos de un lado a  otro. 

― Señorita hablé con su novio ayer y quedamos en que se irían antes del mediodía. Este apartamento lo alquilé amoblado así que será más fácil recoger sus pertenencias. ―Recorre la sala revisando las condiciones del espacio. 

― Sí, entiendo, ―Risa nerviosa― pero como le digo tengo muchas cajas de productos que me regalan. Soy influencer y mi vida es complicada. ―mantiene la sonrisa en su rostro― por lo que me tomará bastante tiempo recoger todo.  

El señor se retira los anteojos de su rostro para secarse el sudor. Los pone nuevamente en su sitio y la mira a los ojos de manera intimidante. Por su parte, Ana, al observar la molestia del señor empieza a reírse. 

Acto seguido, el hombre se siente ofendido por la falta de seriedad en el asunto y alza la voz para reclamar los meses atrasados en los pagos. 

En eso, una señora vestida con una bata larga de flores se acerca hasta la puerta para saludar a los presentes.  Observa a Ana llorando enfrente del señor. 

― ¡Señora Margarita!, un gusto saludarla. ― responde disgustado. 

― Me alegra saber que está bien, ¿Sucede algo en su apartamento? Escuché los gritos.

― Disculpe los inconvenientes. Pero, la joven tiene que desocupar la vivienda, antes del mediodía porque ya tengo nuevos inquilinos, pero pide un día más y no puedo. 

La señora observa a Ana que llora desconsolada como una niña indefensa y amablemente le sugiere que recoja sus cosas para desocupar lo más pronto el espacio. La joven le explica que la visita del señor la tomó por sorpresa y no tuvo tiempo de buscar un nuevo arriendo.  

―  Mi amor no llores. Traes tus cosas a mi casa y ya mañana buscas con calma otro sitio.

Ana agradece el gesto de su vecina y la abraza desconsolada. 

Antes de que el reloj marcara la 1 pm, las pertenencias de Ana ya se encontraban en el apartamento de la Sra. Margarita. 

―Mi niña te hice una deliciosa taza de chocolate caliente. 

Ana bebe un sorbo de líquido caliente mientras observa la lujosa casa de su vecina. No recuerda  haber visto algún familiar entrar en ese apartamento, por lo que detalla todas las fotos que decoran la mesa de la sala. Todas son de la Sra. Margarita en distintos lugares del mundo, pero siempre sola, sin ninguna pareja o hijos. Bebe otro sorbo de chocolate y se da cuenta que la vecina la mira de reojo.

―¿Mi niña por qué tu novio no estuvo contigo para ayudarte? Ese joven tan apuesto y tan amable no debió dejarte sola en vísperas de navidad. 

Ana en tono de molestía le cuenta lo sucedido el día de ayer y que esta mañana recibió un mensaje que terminaban la relación. 

― Es una lástima Ana. Él es un buen muchacho. Además, mañana es noche buena ―dice. 

― No me importa. Soy joven y quiero disfrutar mi vida. Más adelante tendré tiempo de buscarme otro novio. 

La vecina sonríe y mueve la cabeza de un lado a otro como si sus palabras le recordaran algún episodio de su vida. 

― Tenemos tanto en común que asusta. ―responde la Sra. Margarita. 

― ¿Por qué dice eso?― pregunta intrigada.

―Cuando era joven pensaba igual que tú. Tener dinero, y viajar por el mundo fue a lo que me dediqué toda mi vida. Pero mírame ahora, mañana ya es navidad y estoy sola en este apartamento lleno de lujos, pero vacío por falta de compañía. 

Ana observa la melancolía de su vecina mientras conversa. 

― Te mentiría si te dijera que no tuve la oportunidad de enamorarme y formar una familia, pero pudo más mi ego de mujer independiente y dejar a un lado la vanidad, que entregarme a la verdadera felicidad. 

intrigada, la joven pregunta cuál sería la verdadera felicidad.

― Disfrutar la compañía de quien tienes al lado. Porque si no la disfrutas, se esfuma tan rápido, que cuando te das cuenta, desaparece como las nubes. 

― ¿Por qué me dice esto? 

― Porque vives la vida a ciegas y no te das cuenta de que, al cometer errores, puedes mejorar. Lo que no puedes es seguir adelante, sin aprender de los fracasos. 

Ana recuerda los mensajes de Henry y le dice a su vecina que ya es tarde para regresar con su novio. 

― ¡Ana, no te equivoques! Tarde es cuando lo intentas ¿Ya lo hiciste?

La joven observa el rostro pálido y saturado de arrugas de la Sra. Margarita y por un momento se vio reflejada en ella. Piensa que si pierde el amor de Henry, tendrá el mismo destino que su vecina. Apresurada se toma el último sorbo de chocolate y se despide de la señora. Es momento de buscar a Henry, dice.

Ana, no te equivoques en navidad

Sinopsis:

Ana es una joven influencer y será la protagonista de un evento desafortunado en las redes sociales, a pocos días de navidad. Lo que ocasiona que su novio Edgar, quien lleva dos años con ella, termine la relación. Ana, al sentir la soledad en los días festivos, aprenderá la mejor lección de su vida.

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Sinopsis:

Se conocieron en una fiesta. La joven vestida con un short desaliñado y un top oscuro que da indicio a su vida relajada. Él simplemente la vio y le gustó.

Ambos se vieron toda la noche, hasta que él decide dar el primer paso para crear su historia de amor.

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