Ella y él: capítulo 10
Camino a mi casa no dejo de pensar en Alejandra y en aquel extraño.
Entro a mi cuarto y me recuesto un rato en mi cama. Aprovecho de revisar mi WhatsApp y tengo mensajes nuevos sin abrir de cuatro chicas a las que pretendo. Los ignoro. Me siento extraño el no tener el número de ella. Que tonto fui al no pedírselo. Haciéndome el interesado, tengo la necesidad de saber de ella y preguntarle por el otro sujeto. Me reprocho la oportunidad que tuve de preguntar si tenía novio. Me sentí tan a gusto intercambiando anécdotas y afinidades que le di poca importancia a terceros. No quise desaprovechar el momento de conocerla. Ahora quiero saber más de ella y no sé cómo hacerlo. Además, si no está a la hora acordada me quedaré con el buen recuerdo de haberla conocido y entender que no quería nada más que un simple encuentro.
Intenté dormir un rato. Pero apenas dormí dos horas. El cansancio se apoderó de mí y seguía agotado. Tuve un sueño con Alejandra. Seguíamos en aquel cuarto besándonos y cabalgando unidos como dos animales que quieren saciar sus ganas. Cerré los ojos nuevamente para recordar el olor de su piel humedecida por el calor. El sonido de las olas en una noche serena que se mezclaba con los gemidos de placer como respuesta a cada movimiento de mi miembro dentro de ella. Mientras más construía el rompecabezas del encuentro más sentía la necesidad de desahogar mis ansias con mi propia mano.
Culminado el éxtasis del momento. No me quedó duda de lo tonto que fui al dejarme llevar por mi ego y no haberla acortajedo como es debido. Debí pedirle su número y dejarla con la idea que quería volverla a verla y no dejarla con la figura de un hombre que solo quiere más sexo.
Aunque mi intención principal es saciar las ganas del encuentro lujurioso con ella, no tenía la experiencia de cortejar a una mujer para dar el segundo paso de conocerla.
Lo cierto es que tenía claro que quería que me diera la oportunidad de conocernos. Sin importar la presencia de aquel extraño. Supuse que no tenían futuro si el tipo tiene novia. Por lo que decido que mi propósito de hoy es volverla a ver.
Me levanto de la cama rápidamente para aclarar mis ideas. Recapitulo mi situación y concluyo que solo conozco el lugar de su trabajo. Miro el reloj y apenas son las cinco y cuarenta de la tarde. Por lo que tengo tiempo de buscar la manera de tener una cita con ella. Deduzco que si la busco antes de tiempo, se molestaría por interrumpir su horario laboral. Mejor decido buscar información por otro lado. Recuerdo que tengo el número de Margarita. La llamo.
⏤ Hola Margarita ¿Cómo amaneciste de la rumba de anoche?
⏤ Hola Arturo, ¡No te escucho bien! Estoy en la playa con Marcos y José.
⏤ ¡Ahhh! No perdiste tiempo. ⏤ entre risas.
⏤ Esta mañana. Me llamaron para invitarme a la playa. Esta vez me vine con mi hermana ¿Qué pasó contigo? Me dijeron que te regresaste a la ciudad con Alejandra ¿Todo bien?
⏤ De eso te quería hablar. De ella. ⏤ enfatizo cambiando mi tono de voz más seria de lo que amerita el asunto.
⏤ Déjame alejarme un poco del grupo porque no te escucho bien… Ahora sí cuéntame.
⏤ Me ofrecí traerla a la ciudad. Estaba preocupada porque tenía que trabajar hoy.
⏤ ¡Ahhh! Que detalle Arturo. ⏤ en tono cariñosa⏤ No sabía que eras así. Lástima por ella.
⏤ Yo tampoco sabía que era así. ⏤ risas⏤ Pero, tampoco le vi nada de malo en ayudarla. ⏤ silencio y continuó con el interrogatorio⏤ No entiendo tu comentario ¿Acaso ella tiene novio?
⏤ A ver cómo te explico. Por lo poco que escuché de la conversación que ella tuvo con mi hermana. Alejandra era novia del hijo del dueño de la farmacia. Tenían dos años juntos y la relación era bastante formal. Pero hace dos semanas terminaron porque él la engañaba con otra.
El testimonio me deja desconcertado el por qué sigue en ese empleo si ya no siguen juntos a lo que le pregunto si cree que volverán.
⏤ Lo dudo. Escuché decirle a mi hermana que abriera los ojos. Que la ruptura fue lo mejor que le podía suceder, para alejarse de un hombre que la trataba súper mal y que la engañaba a cada rato. Un mujeriego.
⏤ Entiendo.
Me despido de Margarita y le digo que salude a los muchachos de mi parte. Reviso la hora que apunta las seis de la tarde. Lo que deduzco que tengo chance de vestirme y estar antes de la hora acordada para verla.
*
Camino al trabajo de Alejandra, comienzo a sentir inquietud por el encuentro. Quiero tener la oportunidad de cortejar y ver que sucede. No sé si tendremos futuro juntos, pero no quiero quedarme con la duda de un tal vez entre nosotros y menos por una mala experiencia de parte de ella. Eso es lo que quiero decirle antes de que llegue la hora del encuentro.
Estaciono el auto y observo que ella sale de la farmacia sin intención de quedarse. Abro la puerta de la camioneta y voy en dirección al encuentro. Antes de cruzar la calle reviso ambos lados que no pasen los autos para cruzar. Llegado a mi destino, observo que camina apresurada con la cabeza hacia abajo. Grito su nombre para que ella reaccione. En eso observo sus ojos aguados y dibuja una sonrisa en su rostro. No me permite que pronuncie ninguna palabra y me abraza en busca de protección. Le respondo el abrazo con un saludo a lo que ella pronuncia su placer al verme.
Estamos sentados juntos en un pequeño café de la esquina hablando como dos tontos de anécdotas que jamás pensamos que serían interesantes contarlas.
Sinopsis:
Se conocieron en una fiesta. La joven vestida con un short desaliñado y un top oscuro que da indicio a su vida relajada. Él simplemente la vio y le gustó. Ambos se vieron toda la noche, hasta que él decide dar el primer paso para crear su historia de amor.
Es un relato corto de amor entre dos jóvenes que se conocen en una fiesta. La historia es narrada en primera persona por el protagonista, quien conoce por primera vez a la persona incorrectamente perfecta.